21 Mar

Desde el lunes 5 hasta el miércoles 14 de marzo, la Universidad Adventista del Plata, recibió a setenta y cuatro jóvenes provenientes de distintos lugares del país con el objetivo de capacitarse para servir en la misión de la iglesia.
El proyecto One Year in Mission ( Un año en Misión), plan promovido por la Iglesia Adventista del Séptimo Día (IASD), tiene como objetivo motivar y apoyar a los jóvenes adventistas a dedicar un año de servicio integral a Dios. El proyecto abarca ocho países en Sudamérica con la misión de llevar esperanza a las personas y ayudar a la comunidad.

El programa estuvo liderado por el Pr. Alejandro Brunelli, director de Jóvenes de la Unión Argentina (UA) de la iglesia Adventista del Séptimo día, y las capacitaciones a lo largo del día estuvieron a cargo de los diferentes departamentales de la mencionada Unión, y demás invitados.

Respecto al encuentro el Pr. Brunelli dijo: «Vemos que se está produciendo un fuerte impacto en la vida de los jóvenes que han participaron del OYIM. Estamos felices con el avance del proyecto y que cada vez haya más voluntarios, por lo tanto, serán más lugares los alcanzados por el mensaje de Jesús.  La Iglesia va a seguir apoyando a los jóvenes en el cumplimiento de la misión».

El sábado, en el templo de la Universidad, el Pr. Carlos Campitelli, director de Jóvenes de la División Sudamericana tuvo a su cargo las palabras centrales. Al finalizar, lo consultamos acerca de su impresión sobre el proyecto: «Agradecidos al Señor porque los jóvenes siguen proclamando el mensaje de la cruz. Estos jóvenes voluntarios de Argentina se suman a los 1300 jóvenes de toda Sudamérica. La expectativa es grande para el trabajo que ellos van realizar durante este año».

Luego de estos 10 días de intensa preparación, los equipos involucrados en este proyecto serán presentados en sus respectivos destinos. Se dispondrá de grupos en San Miguel (Tucumán), en Luján y Tandil (Buenos Aires), Villa Mercedes (San Luis), Rosario (Santa Fe), y en otros lugares de las provincias de Chaco y Neuquén.

Tuvimos  la posibilidad de hablar con una joven participante del proyecto, quien expresó los motivos que los llevaron a participar de OYIM, y sus expectativas con respecto a este año en misión.

«Un año es lo mínimo que puedo dar por Jesús, por cuanto Él dio su vida por mí—expresó Daniela Castillo, oriunda de Corrientes y que, durante este año, estará sirviendo en la ciudad de San Miguel, Tucumán—.  El Congreso I Will Go, marcó mi decisión. Me di cuenta que tenía que hacer algo más para Dios. Después de unos meses, vi el anuncio del OYIM, completé mi solicitud sin mucha esperanza y lo envié. Consulté con varias personas acerca de qué decisión tomar, si me llamaran a servir; en este período tendría que cursar el último año de mi carrera  y me sobraban dudas. Pero, cuando recibí la respuesta positiva a mi solicitud, lloré de la emoción. Aún me faltaba dar un paso más, contarle a mi mamá sobre mi repentina decisión. Ante su negativa, seguí orando y le pedí a Dios que se cumpla su voluntad. En ese mismo día, mi oración fue contestada: mi madre estaba de acuerdo, y apoyó mi decisión. Mi vida espiritual estaba decayendo, y necesitaba renovar mi amistad con Dios. Este año sin el OYIM, iba a volver a estudiar, seguramente me graduaría y sería una docente infeliz y poco espiritual.  Realmente quería volver a experimentar ese primer amor por Dios».