21 Mar
Del 26 al 28 de febrero se realizó el Séptimo Congreso Internacional de Nutrición vegetariana en la Universidad de Loma Linda, California. El evento reunió 800 profesionales de 34 países. La carrera de Nutrición de la Universidad Adventista del Plata estuvo representada en la persona de la Lic. Liliana Ascaíno, directora de la mencionada propuesta académica.
El tema central del Congreso fue la «Nutrición basada en plantas para la salud personal, la población y el planeta». Este espacio incluyó conferencias plenarias, mesas redondas y presentaciones de trabajos de investigación.
El encuentro, que se realiza cada 5 años, está diseñado para reunir a científicos, médicos, nutricionistas, dietistas y otros profesionales de la salud con el objetivo de proporcionar una revisión sobre los hallazgos, introducir nuevos conceptos teóricos, aplicaciones y diferencias en las prácticas alimentarias vegetarianas para la prevención de enfermedades y la promoción de la salud.
A continuación, compartimos una síntesis de los principales conceptos expuestos sobre la salud de la población, personal y del planeta:
La alimentación basada en alimentos de origen vegetal (verduras, frutas, cereales integrales, legumbres, frutos secos y semillas) está asociada con menores riesgos de enfermedad coronaria y diabetes tipo 2; y puede haber una alimentación no saludable rica en alimentos vegetales que se han asociado con un mayor riesgo (altas en granos refinados, papas y azúcares agregados).
El estudio adventista de salud lleva quince años de investigación y más de cien trabajos publicados que respaldan los beneficios de una alimentación vegetariana. El estudio EPIC-Oxford, una investigación entre 1993 y 2000 a aproximadamente 65.000 hombres y mujeres de todo el Reino Unido, mostró los datos que comparan los no vegetarianos con los vegetarianos; estos últimos, tienen menor índice de masa corporal y colesterol en plasma, y una presión arterial ligeramente inferior. Los vegetarianos tienen un menor riesgo de cardiopatía isquémica en comparación con los no vegetarianos. Para el cáncer, existe evidencia de que los vegetarianos tienen un menor riesgo de cáncer de estómago. Los vegetarianos también tienen menores riesgos de enfermedad diverticular y catarata. En Asia oriental, en los estudios de Taiwán, encontraron que una dieta vegetariana se asocia con un menor riesgo de desarrollar diabetes, accidente cerebrovascular isquémico y hemorrágico, gota, cataratas, demencia y depresión. Sus hallazgos principales son consistentes con EPIC-Oxford y Adventist Health Studies.
El interés en la flora microbiana del intestino humano y su relación con la dieta y la enfermedad se remonta a más de 100 años. Prominentes defensores de los beneficios para la salud de las dietas vegetarianas, incluido el Dr. John Harvey Kellogg, plantearon la hipótesis del impacto beneficioso de tales dietas en relación con la flora microbiana intestinal. Un siglo después, existe un renovado interés científico y popular en los posibles impactos en la salud de la microbiota.
Las dietas basadas en plantas, caracterizadas por un alto consumo de frutas, verduras, cereales integrales, legumbres, nueces y semillas y un mínimo de productos animales, se han sugerido como un enfoque dietético no solo para prevenir sino también para controlar la diabetes tipo 2.
Respecto a la soja es importante destacar que los datos epidemiológicos prospectivos, que involucran a más de 11.000 supervivientes de cáncer de mama en mujeres chinas y estadunidenses, muestran que consumir soja después del diagnóstico de este mal, reduce la recurrencia y la mortalidad. Colectivamente, la evidencia indica que las recomendaciones de ingesta de soja dirigidas a mujeres sanas son aplicables a los sobrevivientes de cáncer de mama.
Si bien todos los pacientes pueden no estar dispuestos a realizar los cambios en el estilo de vida necesarios para lograr la reversión de la enfermedad, todos los pacientes tienen derecho a saber que la medicina de estilo de vida es una opción de tratamiento altamente efectiva. Aunque se necesitan cambios significativos en el estilo de vida para lograr la reversión de la enfermedad, los cambios moderados pueden producir mejoras clínicas valiosas. Cuanto más cambia el paciente, mayores serán los resultados esperados.
Para mantener la salud planetaria, debemos limitar el uso de los recursos de la tierra y evitar la degradación ambiental. Las elecciones dietéticas representan un uso sustancial de los recursos naturales y contribuyen de manera desproporcionada a la pérdida de biodiversidad, la deforestación, el cambio climático, la degradación de la tierra, la contaminación del agua y la mala calidad del aire. Estas alteraciones a su vez amenazan la salud humana a través de la inseguridad alimentaria, el acceso limitado al agua potable y el aumento de la propagación de enfermedades infecciosas. Además, las dietas basadas en productos de origen animal, alimentos refinados y calorías excesivas contribuyen a la obesidad y las comorbilidades.
Las emisiones de gases de efecto invernadero resultantes de las dietas vegetarianas son aproximadamente un 30% más bajas que las dietas no vegetarianas y, al mismo tiempo, las tasas de mortalidad de los vegetarianos son aproximadamente un 20% más baja e incluso mayores disminuciones en las enfermedades y afecciones crónicas. Si bien esto demuestra las ventajas de la salud humana y la sostenibilidad ambiental de las dietas vegetarianas, quedan preguntas sobre los desafíos de los individuos y la voluntad política de adoptar dietas sin carne como la norma social.
Lic. Liliana Ascaíno
Directora de la carrera de Nutrición
Universidad Adventista del Plata