18 Jun
Queridos amigos:
Gracias por esta oportunidad de compartir con ustedes un poco de la maravillosa experiencia que estoy viviendo por la gracia y para la gloria de Dios. En este momento estoy escribiéndoles desde una ciudad populosa de un país de la “Ventana 10-40”, donde estaré estudiando uno de los idiomas más hablados del país durante un año o dos. Mientras tanto, también estaré familiarizándome con la cultura local, con la dinámica de la iglesia aquí y sirviendo a la comunidad en todo lo que pueda.
¿Cómo llegué aquí? La asociación que me llamó a servir en mi país de origen está experimentando con un nuevo programa de evangelización en el cual, en lugar de enviar a sus pastores nuevos directamente a la universidad para especializarse en algún programa de posgrado antes de servir en un distrito, da la opción de servir como voluntario en algún país de la “Ventana 10-40” durante uno o dos años. Yo soy el primero en participar en este nuevo plan. La Unión adventista de este país está buscando voluntarios para venir aquí. Entiendo que 7 parejas de obreros voluntarios de la División Sudamericana han respondido a la invitación. Estarán llegando aquí el año que viene.
Mi asociación de origen es una de las más misioneras de mi país. El presidente mismo pasa buena parte de su tiempo sirviendo en otros países. También, las escuelas secundarias adventistas de esa asociación viajan todos los años a distintos países para servir en proyectos de desarrollo social y espiritual. Fue con ellos que hice la primera parte de mi viaje al país de esta parte del mundo.
Este sábado visité una ciudad cercana y compartí un mensaje por medio del director de esta región, quien ofició como traductor. Por la tarde, enseñé un curso práctico sobre cómo estudiar la Biblia con las personas. Para la gente de este lugar, el culto del sábado no es algo que se hace solamente durante la mañana, sino que comienza a las 9:00 y termina a las 15:00. Fueron los mejores alumnos que haya tenido alguna vez. Algunos tomaron apuntes y todos respondieron correctamente cuando hicimos un repaso de lo compartido. Al terminar el programa me pidieron que regresara pronto y comentaron: “Si tuviéramos algo así todos los sábados, creo que habría un gran reavivamiento”. Una de las personas contaba cómo está compartiendo su fe con la gente que trabaja en su emprendimiento comercial. Decía que la gente está muy interesada pero no sabe nada de la Biblia o de Jesús. Ella fue quien hizo las preguntas más específicas cuando expliqué cómo dar un estudio bíblico. Las personas que han nacido aquí son quienes están en mejores condiciones de compartir el mensaje de salvación con sus compatriotas. El extranjero tiene sus limitaciones ya que el riesgo de ser deportado o algo peor, aún es real. Al mismo tiempo, creo que ahora el terreno está más abierto al evangelio que en el pasado.
A pesar de los obstáculos, el cristianismo está creciendo muy rápidamente. El hecho de que este haya sido por muchos años un país “sin religión” ha profundizado la sed espiritual de las personas. Mateo 9: 37 y 38 dice: “A la verdad la mies es mucha, más los obreros pocos. Rogad, pues, al Señor de la mies, que envíe obreros a su mies”. Gracias por compartir estas noticias con la gran familia de la fe para que nos recuerden en sus oraciones a fin de que el Señor pueda seguir usándonos para traer paz y salvación a la vida de quienes nunca han oído del amor de Dios.
Nathan
Graduado en Teología de la UAP