El 29 de mayo,  la Prof. Sandra Cayrus, la Lic. Evelyn Poitevin y el Lic. Erwin Hein, defendieron exitosamente sus tesis de la Maestría en Educación, mención en Gestión Educativa, gracias al convenio realizado entre la Universidad Adventista del Plata y la Universidad Adventista de Chile.

“Mira que te mando  que te esfuerces y seas valiente; no temas ni desmayes, porque Jehová tu Dios está contigo dondequiera que vayas” Josué 1:9

Como docente de español como lengua extranjera de esta Institución, recibí hace tres años la oportunidad  de continuar capacitándome profesionalmente a través de un curso de posgrado: la Maestría en Educación.

Fueron tres recesos de verano y dos de invierno completos dedicados a tomar el desafío del cursado presencial, además de todas las actividades interperíodo (como lo denominaban nuestros profesores) que completamos a lo largo de estos tres años. En el transcurso de este viaje académico, el grupo de maestrandos nos enriquecimos a través de las numerosas experiencias que cada uno podía aportar desde su vivencia docente en los diferentes departamentos y especialidades que representamos, a fin de aplicar y capitalizar al máximo lo que estábamos aprendiendo.

No puedo dejar de agradecer a todos los guías y orientadores  del proceso: a los docentes de la Universidad de Chile y de nuestra Universidad; al director de mi tesis, Dr. Víctor Armenteros;  a los licenciados Melissa Valega y Josué Quinde; a mis colegas  del departamento de Adventist Colleges Abroad (ACA), que compartieron y vivieron junto a mí la experiencia de investigación, con gran interés y apoyo; y a mis alumnos de ACA, inspiración constante de mi tarea. Agradezco, también, a los que sostienen mi labor de investigadora, docente, madre y esposa  día a día: mis hijos y mi esposo.

Llegando a final del tramo de este viaje, luego de la defensa de tesis, puedo afirmar que desde el mismo inicio del proceso, las palabras que Dios le dijo a Josué, también me las estaba diciendo a mí. Somos educadores y formadores, y esto representa la responsabilidad  de dedicar nuestro esfuerzo a desarrollar nuestras capacidades para que Dios las utilice para bendición de nuestros alumnos. Él nos sostendrá siempre.

El viaje académico y de desarrollo constante continúa. Se van  cumpliendo tramos, objetivos, metas, sueños… Se van dejando con nostalgia en el camino muchísimas experiencias, compañeros y profesores. Pero por sobre todas las cosas, puedo ver con claridad que Dios tiene planes definidos para cada uno de nosotros como instrumentos educadores y formadores para la eternidad.

 

Prof. Sandra Cayrus

 

Hacer planes sobre la vida es algo que nos caracteriza como seres humanos. Lo interesante de esto es que muchas veces esos planes no se cumplen, y otros que no estaban  planeados, llegan a sorprendernos. Esta es la forma en la que me siento luego de haber defendido mi tesis de maestría. No estaba en mis planes cursar una maestría, pero el Señor había soñado esto para mí.

Así fue como, sin darme cuenta, junto a todos mis compañeros, allá por el año 2011, comenzamos nuestro cursado veraniego de maestría. Por ese entonces, yo aún no había defendido mi tesis de grado y me estaba embarcando en este nuevo proyecto.

Si lo pienso detenidamente, hubo algo de inconsciencia, pero creo, sobre todo, que Dios hizo un movimiento en la jugada por mi bien. Hoy, habiendo llegado a la meta, le agradezco por haberme guiado en este camino y por las personas que me acompañaron en él. Especialmente, agradezco a mi directora de tesis, la Dra. Tumino, por su valioso acompañamiento y mentoría, su amistad y dirección.

Cuando defendí mi tesis de licenciatura, alguien me preguntó si sentía algo diferente después de eso, y mi respuesta fue “no”. Frente a una tesis de maestría me siento igual, esto no cambia a las personas.

Les deseo bendiciones y fuerzas a todos mis compañeros que están en el camino de alcanzar su meta y felicitaciones a mis compañeros de defensa, Erwin y Sandra.

Lic. Evelyn Poitevin

 

El sentimiento que abunda al culminar una etapa es, en primer lugar, la de satisfacción, en primer lugar por la tarea cumplida, y en segunda instancia por saber que se puede llegar a la meta. En segundo lugar, lo que se siente es gratitud, y subrayo esta palabra, ya que son muchas las razones por las cuales me siento agradecido. En primer lugar gratitud a Dios, por permitirme la oportunidad de capacitarme y guiarme en el camino de aprendizaje. En segundo lugar a quienes han participado directa e indirectamente en el desarrollo de mi capacitación. Finalmente, me siento sumamente agradecido a mi directora de tesis, la Dra. Marisa Tumino, quien fue el motor y estímulo para desarrollar la etapa final de la maestría en la elaboración de la investigación.

En resumen, lo que me embarga es un dulce sentimiento de satisfacción y eterna gratitud.

Lic. Erwin Hein

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