24 Jul
Durante la semana del 5 al 13 de julio, 21 misioneros voluntarios de la agrupación Jóvenes Adventistas en Misión (JAM) concurrieron a la provincia de Misiones con el fin de concluir la construcción del templo de Itacaruaré. El grupo estuvo compuesto por estudiantes del nivel secundario y terciario del Instituto Adventista del Plata; por alumnos de la Universidad Adventista del Plata; por constructores profesionales; y por una familia de la iglesia local.
El contingente viajó con el plan de realizar el contrapiso, el revoque y el techo del mencionado templo. La gente del lugar lo recibió con mucho amor y entusiasmo. Un asilo, con 8 habitaciones, que estaba cerrado hacía 2 años, sirvió de alojamiento. Se pudo disfrutar del alimento necesario, gracias a Balbina Maerquerbier, componente del grupo JAM, y a personas del lugar.
A la par del trabajo en la construcción, se realizaron actividades con los niños. Pablo San Martín y Ana Maurín, ambos estudiantes del profesorado en Educación Primaria, viajaron en lancha a una escuela isleña afectada por la creciente del río, la cual no había sufrido inundaciones desde hacía 38 años, para brindar asistencia en el lugar. Junto con la maestra, los niños y otros miembros del grupo JAM, realizaron tareas de limpieza y recuperación de elementos pertenecientes a la escuela. Luego, se organizó una colonia de vacaciones en Itacaruaré, a la cual concurrieron seis niños pertenecientes a la escuela afectada.
Además, el grupo brindó una charla sobre educación sexual en el colegio secundario local, la cual estuvo a cargo de Somalia Peña, psicóloga y misionera voluntaria en el área de Capellanía de la UAP; y de Jogleykha Crespo, estudiante del último año de la carrera de Psicología.
Pasada la semana, se alcanzaron los objetivos gracias a la colaboración y al esfuerzo de todos. El grupo de constructores decidió quedarse 2 días más para completar la obra. Uno de los mayores retos antes de emprender el viaje a Misiones fue el mal tiempo, debido a las intensas lluvias e inundaciones que sufría la mencionada provincia. Durante toda la semana de actividades no cayó ni una gota de agua. El tiempo fue tan perfecto que los rayos del sol nos hacían pensar que no estábamos en invierno.
Muchas fueron las bendiciones recibidas antes, durante y después del viaje. Los ojos de la comunidad estuvieron puestos sobre la tarea que realizó el grupo y por la gracia de Dios, el testimonio brindado servirá para que muchos se acerquen a Cristo.
Jogleykha Crespo