El viernes 25 de septiembre se llevó a cabo en el templo de la Universidad Adventista del Plata (UAP), el programa de gratitud por los veinticinco años de vida universitaria y por los ciento diecisiete de trayectoria institucional. El encuentro comenzó con un despliegue de más de treinta personas que representaron escenas del recorrido histórico desde el Colegio Adventista del Plata hasta su transformación en Universidad Adventista del Plata.
Seguidamente, el coro Musicap —agrupación musical oficial de la universidad que cuenta con cuarenta y cinco voces— ofreció un microconcierto. En esta ocasión, el coro estuvo conformado por más de doscientas voces, ya que se hicieron presentes muchos exintegrantes que vinieron desde distintas partes del mundo para adherirse a los festejos institucionales y a la celebración de los cuarenta años de existencia de la agrupación.
El mensaje central estuvo a cargo del Pr. Carlos Gill, actual presidente de la Unión Argentina (UA) de la Iglesia Adventista del Séptimo Día. En su predicación, compartió con los presentes un mensaje con énfasis en la misión de la institución, y recordó al personal y al alumnado la razón de ser de la UAP: «Nuestra identidad se basa en formar misioneros que proclamen el evangelio eterno, dándolo a conocer a toda nación, tribu, pueblo y lengua. Dejemos que Jesús nos recuerde la misión. Estamos aquí con un propósito y no podemos perderlo de vista».
Luego de su predicación, el Pr. Gill compartió con La Agenda un saludo para todos aquellos que integran la institución: «En primer lugar, no pierdan de vista la misión. El corazón de la misión de la UAP es la redención de los jóvenes, el generar un vínculo vivo con Jesús, un vínculo salvador, y además contribuir con el desarrollo de sus dones, talentos y de un carácter apto para servir a Dios, y a los hijos de Dios. Esta es nuestra razón de ser. Vuelvan siempre a su misión; recuérdenla. A estos jóvenes los animo a que hagan de su paso por esta universidad el momento más perfecto posible. Aprovechen todas las oportunidades que aquí se brindan, aprópiense de todas las herramientas que aquí se ofrecen, vivan intensamente la comunión con otros jóvenes, enriquézcanse con esto. Hagan del estudio el asunto principal y dediquen tiempo cada mañana para permitir que la palabra de Dios les hable al corazón. Sean dedicados, metódicos, perseverantes. Van a pasar por esta experiencia una sola vez en la vida, y Dios los está preparando y procesando para cosas extraordinarias».
Finalmente, el presidente de la UA compartió sus emociones sobre el programa de gratitud: «Es difícil poder describir los sentimientos en este momento, pero lo primero que siento es gratitud porque uno ve la mano de Dios guiando, prosperando, protegiendo y haciendo crecer su iglesia a través de la educación. Además, tengo un sentimiento de alegría; esa gratitud va envuelta de alegría. Hay alegría en la iglesia aquí en Argentina porque vemos que esta institución sigue comprometida con la misión como cuando se originó; y cuando vemos que la misión es el asunto central de la universidad, nos llena de alegría, porque finalmente esta es la alegría de Dios: que su iglesia siga comprometida con su misión, la de predicar, la de salvar y la de esperarlo para su pronto regreso».

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