21 Abr
El pasado fin de semana, la Universidad Adventista del Plata (UAP) y el Instituto de Desarrollo del Estudiante Colportor (IDEC) de la UAP, recibieron a más de trescientos jóvenes que participaron durante el último año en el ministerio del colportaje en la Unión Argentina y en la Unión Uruguaya.
La programación de este encuentro de gratitud a Dios comenzó en el culto Break del día viernes 15. El pastor Carlos Gill, presidente de la Unión Argentina de la Iglesia Adventista del Séptimo Día, tuvo a su cargo la reflexión espiritual, en la que expresó: «El colportaje es un espacio extraordinario para realizar la misión. Dios lo planeó, no solo para llevar el mensaje y que otros conozcan a Dios, sino también para la formación del carácter de cada joven. Los animo a dedicar un verano o un invierno de sus vidas para esta experiencia misionera. Vayan con este sentido de misión: Señor úsame para servir a otros y ayúdame a formarme en el proceso. Si se predisponen con esta actitud, el colportaje será una escuela en donde podrán desarrollar su carácter, y ustedes serán una herramienta misionera extraordinaria para que otros conozcan al Señor. No duden de que en este proceso Dios los va a bendecir». Durante el culto, además, se realizó la ceremonia de bautismo de un joven, quien conoció la palabra de Dios a través del colportaje realizado por una estudiante de la Universidad.
El sábado 16, un grupo de ciento cincuenta estudiantes realizó la entrega masiva del libro Esperanza Viva en la ciudad de Crespo. Los jóvenes ofrecieron a los vecinos de la comunidad la oportunidad de estudiar la Biblia. Trescientos cincuenta y cuatro personas aceptaron la propuesta y comenzarán a estudiar la palabra de Dios junto a miembros de la Iglesia Adventista local.
El domingo 17, se llevó a cabo la Cena de la Victoria. Para agradecer a Dios por las bendiciones recibidas, alrededor de doscientos colportores se dieron cita en el predio del Auditorio Mayor de la UAP. Se contó con la presencia del Cr. Oscar Ramos, rector de la UAP; el Pr. Fernando Mammana, director de Publicaciones de la Unión Argentina, quien encabezó a los directores de Publicaciones de cada campo eclesiástico de la mencionada unión; el Pr. Carlos Correa, director de Publicaciones de la Unión Uruguaya; y autoridades de la Asociación Casa Editora Sudamericana.
Durante el evento, hubo momentos musicales; videos e imágenes de las campañas desarrolladas en la Unión Argentina y en la Unión Uruguaya; y reflexiones de gratitud a Dios. Finalmente, se entregaron reconocimientos a aquellos jóvenes que trabajaron eficazmente en sus campañas de colportaje y alcanzaron las metas propuestas.
En el marco de este evento, La Agenda tuvo la oportunidad de conversar con varios asistentes:
Pr. Fernando Mamanna: «Junto con los estudiantes, con la administración de la Unión y de todos los campos, le dijimos al Señor: ¡gracias! Gracias porque en un año de crisis e incertidumbre económica Dios nos permitió, por gloria y honra de su nombre, repartir casi un 10 % más de volúmenes que el verano anterior. Estoy sumamente feliz de ver a los jóvenes desarrollando la ley de la vida, la ley del amor y la felicidad, que es el servicio abnegado por los demás. Los jóvenes aprenden a imitar a Jesús; deciden servir y distribuir publicaciones. Cada libro y cada revista que queda en el hogar es un púlpito en la casa, es un evangelista que llega al hogar. Hay personas que por otros medios no podrían ser alcanzados. Hoy celebramos estas victorias en Cristo. Quiero dar un agradecimiento pleno a la UAP por el apoyo que brinda a la tarea del colportaje, obra que ayuda a crecer en la experiencia del carácter que es lo único que llevaremos al cielo. ¡Que el Señor los bendiga como Universidad!».
Pr. Carlos Correa: «Realmente, esta es una fiesta, un momento de gratitud al Señor y a todos nuestros estudiantes que estuvieron en la Unión Argentina y en la Unión Uruguaya. Hay mucha alegría y entusiasmo que contagia, y da ganas de seguir involucrado en este ministerio, de seguir predicando el mensaje a través del evangelio. Estamos viviendo en el tiempo del fin y creemos que el colportor, mientras haya tiempo de gracia, seguirá predicando el evangelio hasta que Cristo venga. El colportor apresura la venida el Señor. Queremos llegar con todos los colportores a más ciudades grandes y pequeñas de Uruguay, y también crecer en número, porque la semilla de la palabra de Dios tiene que seguir sembrándose en tierras uruguayas». Al preguntar al líder de la Unión Uruguaya sobre el IDEC, expresó: «Es un instituto muy importante, que une a todos los equipos y hace posible la existencia de uno en diferentes territorios. El lema el IDEC es que todos podamos trabajar juntos, unidos, con un solo lema. Alguien dijo que solos llegamos más rápido, pero quiero afirmar que unidos en equipo llegamos más lejos. Por esto, quiero felicitar al IDEC y al pastor Marcos Zurru que está al frente de este Instituto».
Pr. Marcos Zurru: «El colportaje es una actividad misionera que expone muchos frentes. Muchas situaciones prueban el carácter de cada chico, pero el desafío de estar relacionándose día a día con los vecinos y las experiencias que se viven con ellos son muy útiles y de bendición en los diferentes lugares, especialmente cuando llegan en momentos oportunos, cuando la persona necesita ser escuchada, tener un mensaje de esperanza o una orientación con respecto a su salud. Este año nos juntamos por primera vez después de todo un año sirviendo en diferentes ciudades. Fuimos a la localidad de Crespo a hacer entregas de libros misioneros y por otra parte a consultar a los vecinos si les interesaba tomar estudios bíblicos. Más de trescientos cincuenta habitantes de Crespo con inquietudes espirituales decidieron estudiar la palabra de Dios. Entendemos que hay una necesidad en la gente de fomentar la salud espiritual y conocer algo que los pueda llenar. Nosotros estamos felices de poder hacer nuestra parte para esta tarea».
Facundo Díaz, asistente de campaña en la Unión Argentina: «Estuvimos en Comodoro Rivadavia, Caleta Olivia, Pico Truncado, Las Heras, Los Antiguos, Perito Moreno, Puerto Deseado y Sarmiento. La experiencia fue muy linda. Tuvimos un equipo de veintiocho chicos repartidos en distintos lugares y nuestra tarea era acompañarlos, salir en la mañana con uno, en la tarde con otros y dejar el mensaje de esperanza a través de las publicaciones. Hemos tenido varios estudios bíblicos y personas que tomaron la decisión de bautizarse. Nos hace bien saber que no solo se va a compartir el mensaje de Dios, sino que también podemos contar con los medios para volver a estudiar. El desafío que tenemos para la próxima campaña es el que tuvimos siempre: hacer nuestra parte, esforzarnos, llegar a la mayor cantidad de casas que podamos y esperar que Dios haga el milagro. Quiero animar a los chicos a que puedan vivir esta experiencia de manera personal, a que sumen a este ministerio de dependencia de Dios. Esta es una escuela, un taller que Dios utiliza para trabajar nuestro carácter».