30 Jun

En el proyecto Cerro Azul en 2015El grupo misionero Jóvenes Adventistas Misioneros (JAM es un grupo que pertenece a la Universidad Adventista del Plata (UAP) y está compuesto por estudiantes de la UAP, del Instituto Superior Adventista del Plata (ISAP) y por miembros de la localidad de Libertador San Martín. Su objetivo principal es dedicar las semanas de receso invernal para viajar a distintos puntos de Argentina y países limítrofes y colaborar en trabajos de construcción de iglesias adventistas. Además, los jóvenes misioneros realizan otras actividades de servicio a la comunidad en la que emprenden sus proyectos.
El proyecto misionero de JAM para este invierno se realizará en la localidad de Abasto, situada en el departamento de La Plata, provincia de Buenos Aires. Allí, desde el 2 hasta el 9 de julio, 27 miembros del grupo unirán sus esfuerzos en la construcción de los cimientos de una nueva iglesia. En forma paralela, los jóvenes visitarán las escuelas de la localidad para brindar charlas sobre la prevención del acoso escolar e infantil. Otra de las actividades que se desarrollará será una escuela de vacaciones en el barrio “La Esperanza y una semana de énfasis espiritual para los miembros de la iglesia y aquellos vecinos y personas que se encuentran estudiando la Biblia. Finalmente, se concluirá el proyecto con un Impacto en la localidad de Abasto, el día sábado 9, en donde los jóvenes obsequiarán literatura misionera, entregarán folletos y visitarán hospitales llevando un mensaje de esperanza.
La Srta. Jessenia Ching, estudiante en la UAP y tesorera del grupo JAM, compartió con La Agenda, los detalles del viaje que emprenderán: «Vamos a viajar 27 miembros del grupo, compuesto por estudiantes y profesionales en la construcción, que dedican una semana de sus vacaciones para ponerse al servicio de Dios, posponiendo su descanso para realizar esta tarea de corazón»
«El grupo —explica Jessenia— tiene una modalidad de trabajo en la que se programa una activi-dad anual. Existe una preparación previa durante la primera parte del año, realizando actividades de oración, unión y compromiso a Dios y, una vez concretado el proyecto de servicio, el grupo continúa llevando a cabo actividades de gratitud a Dios por la compañía en cada paso del proyec-to».
Finalmente, al consultar a Jessenia acerca de qué es lo más lindo de ser parte de JAM, compartió: “Vivimos el servicio a Dios como una familia y eso es algo hermoso. Además, una vez realizado el proyecto por el que tanto oramos y nos dedicamos, es emocionante ver las reacciones de la gente del lugar. Todo esto nos da una sensación hermosa, al saber que uno puede servir a Dios de esta forma y que, aunque no podamos ver los frutos totales de este trabajo, lo ponemos en las manos de Dios esperando lo mejor. Además, es lindo pertenecer a este grupo y ver cómo la comunidad de Libertador San Martín, los miembros de las iglesias de las ciudades a donde vamos y los mismos miembros del grupo JAM hacen un esfuerzo muy grande para que podamos costear y lograr cada proyecto. Estamos sumamente agradecidos a ellos y a Dios».