Crespo sonrió junto a la Fábrica de la Alegría
La Fábrica de la Alegría es uno de los grupos misioneros que ha estado desarrollando sus actividades durante este ciclo lectivo. Es un grupo que pertenece al Instituto Misionero. Por medio del canto y de actividades para niños, comparte mensajes de salud, esperanza y amor. El sábado 12 noviembre, doce jóvenes llevaron adelante el proyecto «Yo también sonrío» en Crespo, ciudad cercana a Libertador San Martín.
Rebeca Lima, estudiante de Medicina de la Universidad y miembro del grupo misionero, compartió con La Agenda detalles sobre esta actividad: «El sábado fuimos a Crespo con nuestro grupo para realizar un proyecto simple, en el que valoramos la sonrisa de las personas. Quisimos que ellos entendieran que sus sonrisas pueden cambiar la vida de alguien en pocos segundos y por esto les regalamos una galletita a cambio de una sonrisa. La recepción de las personas allí fue muy buena y cada vez que ellos sonreían, nosotros cantábamos y saltábamos. Además, también pudimos compartir la actividad con los miembros de la iglesia de Crespo. Muchas personas nos pidieron que volvamos y que sigamos con estas actividades. Para nosotros fue un placer acompañar a esta comunidad».
Hace dos años que Rebeca es parte de la Fábrica de la Alegría y al consultarle sobre lo que destaca al grupo expresó: «Siempre vamos vestidos con ropas de colores y guardapolvos, nos pintamos la cara, llevamos globos y demás accesorios que hacen que realmente impactemos el lugar adonde vamos. En esta actividad en especial, pusimos un gran esfuerzo como grupo, al hornear, envolver y ponerles una tarjeta a 2000 galletitas, pero esto vale la pena cuando vemos que todo el equipo trabaja unido, y también al ver cómo con algo tan simple recibimos tantas sonrisas. El próximo año queremos ampliar este proyecto e ir a ciudades más grandes, acompañados de otros grupos misioneros. Lo que destaco, además, es que comprendemos que para poder transmitir alegría tenemos que ir a la fuente de la alegría, y entender el verdadero amor de Dios en nuestra vida».
Fotos: Adriel Barria