Mis decisiones producen impactos
En una nueva propuesta de reflexión, queremos enfocarnos en la responsabilidad individual, ya que sin esta es difícil que pueda existir una conciencia colectiva que contribuya al bien común.
Si consideramos la definición de Responsabilidad Social Individual que aparece a continuación, podemos concluir que está expresando lo importante que son los impactos que producen las decisiones que cada uno toma en los diversos ámbitos en los que le toca desempeñarse y la postura o actitud ante determinadas situaciones.
«La Responsabilidad Social Individual es la conducta ética del ciudadano para consigo mismo y con su entorno, y va mucho más allá del cumplimiento de las obligaciones legales; está relacionada con nuestra actitud en el hogar, con nosotros mismos, con nuestra familia, con nuestros amigos, con el ambiente, con el trabajo, con nuestros vecinos y con la sociedad». (AEC – Asociación Española para la Calidad www.aec.es )
La Biblia y los escritos de Elena de White contienen suficientes ejemplos y consejos que nos muestran lo trascendentales que son las decisiones que tomamos ya que siempre producen impactos o consecuencias y, muchas veces, no sólo en nosotros.
«¡Cuán poco reconocen la influencia de sus actos diarios sobre la historia ajena! Tal vez piensan que lo que hagan o digan no tendrá seria repercusión, cuando los resultados más importantes para el bien o para el mal son la consecuencia de sus palabras y acciones. Las palabras y las acciones consideradas pequeñas y sin importancia, son eslabones en la larga cadena de los sucesos humanos». (Testimonios para la iglesia tomo 3, pág. 594)
«Eva transgredió el mandato divino porque prefirió satisfacer su apetito. El Señor le había dado todo lo necesario para satisfacer necesidades, y sin embargo ella no estaba satisfecha. Desde entonces, sus hijos y sus hijas caídos han ido en pos de los deseos de sus ojos y de su gusto… y tal como Eva, se han halagado a sí mismos con la esperanza ilusoria de que las consecuencias de sus actos no serán tan terribles como ellos habían temido». (Mensajes selectos tomo 2, pag.475)
Y, como cierre, vale la pena que nos detengamos un momento y contemplemos al ejemplo supremo en todas las cosas, inclusive en la Responsabilidad Social Individual: Jesús.
«Durante toda su vida terrenal, Jesús trabajó con fervor y constancia. Esperaba mucho resultado; por lo tanto intentaba grandes cosas… Jesús no rehuyó los cuidados y la responsabilidad, como los rehúyen muchos que profesan seguirle…
Jesús era la fuente de la misericordia sanadora para el mundo; y durante todos aquellos años de reclusión en Nazaret, su vida se derramó en raudales de simpatía y ternura. Los ancianos, los tristes y los apesadumbrados por el pecado, los niños que jugaban con gozo inocente, los pequeños seres de los vergeles, las pacientes bestias de carga, todos eran más felices a causa de su presencia. Aquel cuya palabra sostenía los mundos podía agacharse a aliviar un pájaro herido. No había nada tan insignificante que no mereciese su atención o sus servicios». (El Deseado de todas las gentes, pág. 54)