Exitosa convocatoria para el I Encuentro de maestros de todos los tiempos
Del 18 al 20 de agosto, en la Universidad Adventista del Plata (UAP), se realizó el I Encuentro de egresados de maestros de educación primaria e inicial en cualquiera de sus titulaciones, y de docente en estas carreras en el Colegio Adventista del Plata, Instituto Adventista del Plata o Instituto Superior Adventista del Plata.
La propuesta tuvo como objetivo propiciar momentos de gratitud a Dios por su guía en tantos años de trayectoria de la Institución en formación de docentes; además de favorecer un espacio para el encuentro y restablecimiento de lazos entre los participantes.
Entre las autoridades que estuvieron presentes en este encuentro, mencionamos: Mag. Gabriel Boleas, director de Educación de la Unión Argentina de la Iglesia Adventista del Séptimo Día (IASD); Mag. Horacio Rizzo, rector de la UAP; y el Mag. Gabriel Pérez Schulz, vicerrector Académico de la Universidad.
Algunas de las actividades desarrolladas durante el encuentro fueron: paseo por lugares emblemáticos de la UAP; espacio de testimonios, música y recuerdos; taller de Postura y cuidado del docente, a cargo del Mag. Leopoldo Andrini; taller de Risoterapia, a cargo del Prof. Ricardo López Murcia; entre otras.
La Agenda dialogó con la Dra. Sonia Krumm, directora del Profesorado Universitario y del Profesorado de Ciencias de la Educación en la UAP, sobre el desarrollo de las actividades: «Fue un hermoso encuentro donde no queda más que agradecer a Dios por todo su cuidado. Se vivieron momentos de mucha alegría al encontrar exalumnos que ahora son nuestros colegas y también a quienes fueron nuestros maestros cuando recién iniciamos nuestra formación. El sábado disfrutamos de un momento de testimonios donde se pudo ver cómo todos están enormemente agradecidos a Dios por la educación cristiana que recibieron en nuestras instituciones. Terminamos la jornada muy felices y deseando que pronto se puede realizar otro encuentro de maestros».
Además, dialogamos con una participante del encuentro, quien contó sobre su paso por la UAP: «Mi nombre es Liliana Udrizard y nací en Villa San Marcial, Entre Ríos. La decisión de estudiar el profesorado en Enseñanza Primaria fue gracias a la influencia que recibí de mi maestra de primer grado. No conocía la iglesia adventista, por lo que no tenía pensado estudiar en la UAP. Mi primer contacto con esta institución fue gracias a un colportor que llegó a mi casa y contó a mis padres sobre el Sanatorio Adventista del Plata. Ellos decidieron visitarlo, conocieron la universidad y decidieron enviarme a estudiar aquí.
Llegué en el año 1973 y fui alumna interna hasta finalizar mis estudios. Al terminar, recibí la invitación de trabajar en otra institución, pero gracias a la influencia de mi profesor Raúl Pérez, me quedé unos años más para seguir estudiando. Sin dudas Dios utilizó a este profesor para que yo pudiera tomar la decisión de seguirlo y bautizarme.
De esta institución pude recibir los títulos de Profesorado en Enseñanza Primaria, Profesorado en Pedagogía, Maestría en Educación con Especialidad en Administración y un Profesorado en Filosofía y Ciencias de la Educación. Esta formación académica me sirvió para seguir trabajando hasta la actualidad en diferentes instituciones pertenecientes a la iglesia adventista como el Instituto Adventista Alta Gracia de Posadas, Misiones; la Escuela Primaria N° 104 “Domingo Faustino Sarmiento” de Libertador San Martín; en la Escuela Adventista N° 11 “Carlos Pellegini” de Viale; y en la Escuela Adventista “Vergara Onetto” en Paraná, donde me desempeño actualmente como directora.
Al pasar los años, pude ver cómo los estudiantes fueron cambiando juntamente con la sociedad, pero algo que sobresale en todos los colegios adventistas son los valores que inculcamos en nuestros alumnos. Gracias a Dios, nunca perdí el contacto con esta universidad y siempre que la visito me siento como en mi propia casa. Estoy muy contenta de haber participado de este encuentro donde pude encontrarme no solamente con los que fueron mis compañeros, sino también con exalumnos que ahora son mis colegas.
Algo que aprendí en todos estos años de servicio como docente es que aunque no seamos ricos financieramente, sí lo somos de manera espiritual. Tenemos el gran privilegio de sembrar en nuestros alumnos la semilla de esperanza y del amor a Dios, algo que sin dudas es sumamente gratificante».