27 Sep

Con motivo de la semana de aniversario de la Universidad Adventista del Plata (UAP), el sábado 22 de septiembre, la Institución tuvo la visita del Pr. Robert Costa, director de Evangelismo de  la Asociación General de la Iglesia Adventista del Séptimo Día (IASD); y director y orador del programa televisivo Escrito Está. UAP Noticias pudo entrevistarlo y, a continuación, compartimos el resultado de este encuentro.

Pr. Costa, en su etapa de formación profesional eligió esta Casa como lugar donde prepararse para el ministerio.  ¿Por qué la UAP y no otro lugar?

«Siempre hay que elegir lo mejor de lo mejor ¿verdad? En aquellos años estaba estudiando comunicaciones y periodismo en Venezuela; mandé solicitudes a diferentes universidades para continuar con mi preparación, y me llamó la atención la propuesta académica que tenía la UAP, la cual ya conocía, ya que soy oriundo de Uruguay y tengo ciertas raíces aquí; aparte, hay cierto nexo en esta decisión porque el primer alumno del Colegio Adventista del Plata, Luis Ernst (uruguayo él), fue el pastor que bautizó a toda mi familia. Como entenderán, fue grato venir a este lugar y prepararme para servir al Señor, siempre soñando algún día con las comunicaciones, lo cual es una realidad hoy, con la Lic. en Comunicación que esta Universidad tiene».

Tuvo la posibilidad de presentarse en el Templo universitario, en el marco de las celebraciones de los ciento veinte años. ¿Qué pasó por su cabeza al momento de preparar el mensaje en una etapa tan importante, históricamente hablando, para una institución de trayectoria educativa como ésta?

«La educación cristiana es la yugular de la IASD. Es una de esas doctrinas informales que corre en lo profundo de la vida de la iglesia; sin embargo, sin ella sería imposible que la misión continuara, sin la formación de líderes que lleven adelante la antorcha del evangelio. Y tenemos consejos muy claros en la Palabra de Dios, y a través del mensaje del Espíritu de Profecía, en cuanto a la importancia que la educación tiene en la agenda de Dios. Tan pronto como Israel salió de Egipto, Dios los reunió y les dio, justamente, las indicaciones para formarse como nación y educarlos fue prioritario; el papel significativo de los padres en el hogar, como parapeto para lanzarse al escenario mundial, conectarse y desarrollar una constante dependencia de Dios. Educar es redimir, y eso es justamente lo que esta Institución ha estado haciendo. La educación es un proceso que no solo empieza aquí, sino que continúa para la eternidad y pronto escucharemos al Maestro de maestros en el Reino de los cielos».

Tal vez una de las cualidades que, en estos ciento veinte años ha sustentado la Universidad y la visión del sistema educativo adventista, fue acceder a una formación académica y a un desarrollo de la persona con motivación para el servicio. Esta no es una herramienta más, es un combo inagotable, ¿no?

«Absolutamente, ese es el motivo: servir, ser la extensión de las manos de Jesús, de sus pies, de sus ojos pero, sobre todo, de su corazón para amar a otras personas y presentarles el resto de la historia. Porque este mundo es temporal, estos años aquí son apenas la escuela antes de vivir por la eternidad. La educación es algo que trasciende y, cuando está basada en los valores bíblicos de Dios, realmente cumple su propósito; por lo tanto, educar para la eternidad no es solamente algo loable, sino que está en el plan de Dios. Por eso yo considero este lugar, la embajada de Dios aquí en esta parte del mundo».

Pastor, cuando uno conduce su automóvil lo más importante es tener bien limpios los vidrios, tener los ojos direccionados hacia el frente, pero pispeando constantemente el espejo retrovisor. Otra cuestión importante es tener bien en claro hacia dónde vamos. En su opinión ¿cuál es el futuro de la Universidad Adventista del Plata en este momento? Porque ciento veinte años es mucho tiempo, pero queda tiempo por recorrer, un horizonte por perseguir. ¿Dónde cree Ud. que está ese horizonte?

«Todo desemboca en el regreso de Cristo a esta tierra, cuando haga nuevas todas las cosas. Y dentro de ese marco, está la educación cristiana que seguirá preparando ciudadanos para el reino eterno. Es importante el espejo retrovisor, pero si solamente miramos el pasado, estamos mal, nos va a ir mal en el presente. Es importante ver cómo Dios ha conducido la historia del ser humano pero, es también significativo ver el futuro glorioso que nos espera, y aquí está el rol de la educación. Es como un camino que no podemos desviar, mirar hacia atrás, qué maravilloso fue, pero lo hermoso está por venir; lo más glorioso es quien está por llegar y allí es donde esta Institución cumple la misión de llevar a la gente por el camino, hacia un futuro glorioso. Si vemos lo que la Biblia dice, Dios dice la verdad y esto se va a cumplir con nosotros o sin nosotros, y qué lindo es invitar a la gente, a la humanidad, a seguir ese camino y ser testigos de restaurar el plan de Dios para la humanidad».

Como alumno, seguramente tuvo referentes, o recordará algún docente en particular. Teniendo en cuenta a esa persona, ¿qué le diría al docente que hoy materializa su vocación en esta Casa, en un nuevo aniversario de la Institución, para que su labor sea motivadora y duradera?

«Mi mensaje es: fidelidad. Sé fiel a tu llamado, dalo todo, porque no estamos con un empleo más, trabajamos como componentes de la familia de Aquel que lo dio todo, para que un día lo tengamos todo. Nuestra tarea está del lado de la eternidad, que no es lo mismo que ser exitosos, la Biblia no habla del éxito. El éxito pertenece a Dios, nuestra tarea primordial es ser fieles. Si sos docente, sé el mejor profesor. Si sos estudiante, sé el mejor alumno. Esfuérzate, pronto vendrá la recompensa. Yo agradezco a Dios pues hay muchos profesores que hicieron la diferencia en mi vida, desde la escuela primaria hasta la universidad. Hay líderes que aún siguen marcando la diferencia, a los cuales realmente admiro. Agradezco a Dios por los profesores dedicados, que están atentos al potencial de sus alumnos, orando y estando con ellos, animándolos. Son esas cosas, esos detalles, los que hacen la diferencia, que echan raíces y el efecto de seguir el ejemplo de esos profesores realmente anima, son modelos, han dejado una antorcha, una nueva generación está tomando este legado. No hay que perder el espíritu de pionerismo: darlo todo, dar lo mejor. Tenemos que capitalizar los talentos porque el Señor va a multiplicarlos, para que podamos servirle mejor y ser una influencia para los demás».