La Misión Estudiantil del Plata (MEP), de la Facultad de Teología y el grupo Huellas perteneciente al Instituto Misionero de la Facultad de Ciencias de la Salud, se fusionaron con el objetivo de lograr un impacto evangelístico en la ciudad de Ramírez, Entre Ríos.

Unos 26 alumnos de diferentes carreras viajan cada sábado hacia esa localidad, ubicada a un poco más de 30 km de la Universidad, para volcar sus saberes al servicio de la comunidad y de la iglesia local.

Desde hace cuatro sábados, la jornada misionera comienza muy temprano. El grupo sale desde Libertador San Martín a las 7:30 de la mañana. En Ramírez, los hermanos de la Iglesia Adventista local los reciben calurosamente para dar inicio a las actividades programadas.

La participación inclusiva de los miembros de la iglesia y la colaboración de los alumnos, dan lugar a un entrono enriquecedor, agradable y dinámico.

Durante la jornada del sábado 12 de abril, este conjunto de misioneros colaboró en los servicios de canto, en la escuela sabática, en actividades de recepción y en el sermón.

En el transcurso de la tarde, las actividades fueron diversas: encuestas, 10 estudios bíblicos,  invitación para las actividades de Semana Santa y visitas a los vecinos. En este corto período de trabajo, la comunidad ya ha abierto sus puertas a esta obra misionera.

Los proyectos son muchos. Algunos están por concretarse. En breve, comenzará el Club de Conquistadores, con la presencia de los niños de la iglesia y de la localidad. También, se encuentra en los planes la realización de actividades para los más pequeños y la realización de eventos, entre ellos, una Expo Salud y programas de música.

Como parte del proyecto “Amigos de Esperanza”, la iglesia invitó a todos los exalumnos y profesores de la Escuela Adventista Nº 68, cerrada hace algunos años, a un encuentro que se celebró el sábado por la noche. La meditación estuvo a cargo del Pr. Pérez, quien se dirigió a los presentes haciendo hincapié en la importancia de la educación para la vida eterna. También, los presentes fueron deleitados por partes musicales y por las palabras conmovedoras de la exdirectora del colegio y de varios profesores.

Luego del programa, se realizó un brindis, en el que se vivieron momentos realmente emotivos. Se proyectó un video que generó tanto risas como lágrimas, al recordar los mejores momentos vividos en la escuela.

Al terminar la velada, se planteó el desafío de visitar a todas las personas que se habían hecho presente, ya fueran visitas o exalumnos, con el fin de seguir en contacto con ellas.

La iglesia expresó su deseo de reabrir las instalaciones de la escuela para que Dios actúe en esta generación como lo hizo con las generaciones pasadas en Gral. Ramírez.

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