20 Nov
El Dr. Peter Landless es el líder del área de Salud de la Iglesia Adventista del Séptimo Día a nivel mundial. En momentos tan emotivos como los vividos en los actos de graduación y los festejos de los veinte años de la carrera de Medicina, La Agenda dialogó con el galeno sobre esta ocasión especial y acerca de los compromisos y las responsabilidades que contrae una institución denominacional como es esta universidad.
¿Cuál es su sentir en esta ocasión tan particular que se vive en la UAP?
Estoy realmente muy entusiasmado, muy contento de poder ser parte del proceso en esta celebración de los actos de colación de grados y de los veinte años de la carrera de Medicina. Es una excelente oportunidad para ver cómo veinte años florecen y dan fruto. Ha sido muy grato ver el foco que aquí se pone en la misión, de poder ver, oír y conocer la historia de los profesores que iniciaron esto, lo cual permitió llegar hasta el punto en el que nos encontramos hoy. Emociona ver el reencuentro de los egresados y observar, en cada estudiante, el renacimiento del compromiso con la misión. Al preguntarme qué siento en esta oportunidad, no puedo dejar de decir que es fantástico y una gran bendición de Dios poder estar aquí.
Durante su alocución mencionó que Jesús curó más de lo que predicó. ¿Puede profundizar esa idea?
Leemos de esto en los evangelios. Jesús pasaba por los pueblos y no quedaba allí persona enferma. Cuando él se encontraba con las multitudes sentía compasión de ellas. Sanaba y enseñaba, pero en ningún lugar dice que los bautizaba. Los discípulos sí lo hacían. Pero Jesús predicaba y enseñaba. Elena de White afirma que él pasaba más tiempo sanando que predicando y vemos esto en los evangelios. Además, esta autora del siglo XIX declara que solo el método de Cristo dará resultado. Él se relacionaba con la gente como aquel que deseaba el bien para ellos. Empatizaba con las personas, cubría sus necesidades, las sanaba… Hoy diríamos que sanaba su enfermedad. Entonces, les decía “síganme”. Este es el llamado que recibimos: traer sanación a un planeta enfermo. No va a ser posible para nosotros levantar a los muertos, pero podemos hacer una gran diferencia con los que viven. Podemos tocar vidas, ser instrumentos de paz y aliviar el sufrimiento.
Usted comparó a la UAP con un diamante. ¿Por qué?
Esta es mi primera visita a la Universidad. He visitado muchas universidades e instituciones de la Iglesia Adventista. He sido bendecido e impresionado. Veo en esta Casa estándares de calidad, el esfuerzo invertido para seguir creciendo, el foco en la excelencia académica, incluso observo la prerrogativa de que la iglesia sea lo central hasta en el lugar en donde se situó el templo. Comprendo las instrucciones de Elena de White, quien indica utilizar la cabeza, las manos y el corazón. Advierto una gran fábrica de alimentos (Alimentos Ceapé), veo a los estudiantes sumidos en sus responsabilidades, concibo un plan de servir a la misión en la concepción de los grupos misioneros. Es por eso que veo este lugar como un diamante, brillando y reflejando la hermosa luz de Jesús. Es mi oración que esto crezca y mejore hasta la venida de Jesucristo.
Finalizando, el Dr. Ladless, concluyó: “He sido bendecido por el compromiso y la dedicación de los profesores y ellos estarán en mis oraciones. Cuando me retire de este lugar voy a dejar aquí un pedacito de mi corazón. Que Dios los bendiga”.